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6:00 de la mañana y suena el despertador. Me hago un poco la remolona y vuelvo a enrollar mi piel desnuda entre las sábanas blancas de algodón.
Enciendo la lámpara de la mesilla de noche, cojo el móvil y con los ojos aún medio cerrados intuyo una notificación de Whatsapp; leo el mensaje y su emisor sin abrir la aplicación.
“Jessi: Hola Valentina. Adrián y yo salimos a correr hoy sobre las 7:00 ¿Nos acompañas?”
Desbloqueé rápido el móvil, respondí afirmativamente al mensaje y de un salto me puse en pie sobre la alfombra púrpura de mi habitación. “No hay nada mejor que un buen par de motivos para levantarse de la cama” pensé mientras sonreía involuntariamente.
6:52 y ya estoy en el parque calentando un poco. Le envío un mensaje a Jessi para que sepan que llegué y en la zona del parque en la que me encuentro. Diez minutos después aparecen ambos sonriendo.
-Que alegría verte Valentina- Dijo Adrián mientras me saludaba con dos besos.
-Lo mismo les digo, un placer verlos de nuevo- Respondí vivaracha.
Mientras trotábamos, hacían chascarrillos sobre mi profesión y de lo bien que debía pasármelo en algunas ocasiones. Comencé a contarles una historia reciente sobre una chica que tenía dudas sobre su sexualidad y no sabía cómo afrontarlas.
-La muchacha me mencionó que no sabía si era Bisexual.
-¿Y qué le respondiste a eso?- Preguntó Jessi.
-Le pregunté si se sentía atraída sexualmente tanto por hombres como por mujeres; ella me respondió que se sentía atraída por una compañera de trabajo. Pregunté de nuevo si le atraía cualquier otra mujer o solo ella; y me respondió que solo le había atraído ella como mujer. Le dije que podía ser Pansexual.
-¿Qué es Pansexual?– Preguntó Adrián.
–La Pansexualidad es sentirse atraído por una persona por su manera de ser y llegar a enamorarse de ésta independientemente de cuál sea su sexo, aunque, sinceramente es difícil de «etiquetar». Comúnmente a esto lo llamamos Bisexualidad, pero la Bisexualidad, a mi parecer, es sentir atracción sexual por hombre o mujer, teniendo incluso predilección algunas veces por uno de los géneros- Respondí
-Uy, pues creo que soy bisexual- Respondió Jessi.
-Bienvenida al club querida- Respondí alzando la mano y chocando los cinco en señal de complicidad.
La confesión de Jessi no me sorprendió en absoluto, ya que de cierta forma lo imaginaba por la forma en que me miraba cuando nos veíamos. Las mujeres bisexuales tenemos ese cierto sentido desarrollado cuando vemos a otra de nuestro mismo “rollo”.
Cuarenta y cinco minutos después, agitada por la carrera y, vamos a admitirlo también, por el rumbo que había tomado la conversación, paré a beber un poco de agua y les dije que me retiraba. Ambos se quedaron a mi lado y estuvimos otros diez minutos estirando para evitar lesiones musculares. Al finalizar nos dimos dos besos en la mejilla y nos despedimos, no sin antes acordar vernos de nuevo pasado mañana.
Ducha, labial rojo, vaqueros, blazer, stilettos y a cumplir mi cita de hoy con un paciente en el sur de la isla. No tenía mas consultas ese día, así que aproveché para pasarme por Sexboutique de Costa Adeje porque le había prometido a una amiga de la zona que cuando estuviese por allí, la acompañaría a comprar algunas cositas. Resumiendo: le daba verguenza ir sola y quería que además la asesorara un poco.
Justo entrando por la puerta de la tienda, recibí un mensaje de Jessi: -Valentina, nos ha encantado el rato que hemos pasado contigo en el parque, nos pareces una chica muy interesante a los dos. Nos gustaría quedar el próximo fin de semana contigo y tomarnos algo los tres en alguna terraza del centro. ¿Te animas?
¿Qué creéis que le respondí? Venga, les dejo imaginando…
Besos húmedos pillines.