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Cuando escuché por primera vez el término gel estimulante, mi pensamiento inmediato fue, “pero eso será un lubricante” Y, por suerte, tuve a alguien que me supo guiar para poder rectificar en mi precipitada valoración.
Hace ya muchos años que entré por primera vez a un Sexshop. Siempre he sido echada palante en lo que a la sexualidad se refiere, pero debo reconocer que cuando me vi allí, rodeada de mil y un falos, me aturullé.
Vitrinas llenas de penes de distintos tamaños y mil y un botes con diferentes mejunjes que no tenía ni idea para que servían. No me animé ni siquiera a preguntar que eran aquellos líquidos porque el sitio me pareció algo oscuro, turbio, raro… Como si estuviese haciendo algo que no debía hacer.
La cosa cambió cuando entré por primera vez a un Sexshop en Añaza con el nombre de tienda erótica debajo. Colores amigables, mucha luz, ambiente abierto y una persona atenta a ti dispuesta a disipar todas tus dudas. Volví a encontrarme con los líquidos de colores de aquél sitio lúgubre que había visitado algún tiempo atrás y ahí si que me atreví a preguntar.
-Disculpa ¿Podrías decirme que es esto?– Pregunté a la muchacha rubia que regentaba el local
¡Claro! Todo esto que ves por aquí son geles estimulantes. Sirven para…– No le dejé terminar la frase
-¿Geles estimulantes? Lubricante de toda la vida.
-No, geles estimulantes.- Insistió. –Un gel estimulante y un lubricante, aunque se pongan en zonas parecidas, no son lo mismo. La función principal de un lubricante es, aunque suene redundante, lubricar. Los lubricantes resbalan, facilitan la penetración mas, es cierto, que también se pueden usar para jugar. Un gel estimulante no es para deslizar, no es para facilitar una penetración, sino para producir diferentes sensaciones.- Apuntó
-Pero ¿Va dentro de la vagina también?- Pregunté interesadísima
-No, va en zona externa, en el clítoris o glande aunque también hay algún que otro gel estimulante que va en zona interna, pero esos son menos frecuentes. A lo que ayuda el gel estimulante es a activar el riego sanguíneo de la zona genital. Hay múltiples sensaciones y pueden ser de diferentes tipos como, por ejemplo, vibración o frescor-calor. Ayudan a alcanzar el orgasmo de manera más rápida y además lo intensifica notablemente. Toma, ponte un pelín de este en los labios, sobre todo por la zona de dentro- Indicó mientras abría un bote y depositaba una pequeña cantidad en el dorso de mi mano.
Cogí un poco de ese gel espeso y lo puse donde ella me había indicado. Veinte segundos más tarde me invadía una sensación de vibración ¡Alucinante!
Tras mirar otros geles, me decanté por uno muy conocido de la marca Shunga, el famosísimo Jardín Secreto porque la explicación de ella me convenció (Supe después que era tan famoso al contarle a una de mis amigas lo que había comprado) y me fui directa a casa con muchísimas ganas de probarlo.
Los geles estimulantes se pueden usar en soledad, pero preferí esperar a que mi chico llegase de trabajar para poder disfrutar ambos de la experiencia. Una vez entró por la puerta, me abalancé sobre él y le conté que había estado en un SexShop en Añaza, le mostré lo que había comprado y le expliqué para que servía.
-¿Y qué hacemos aún hablando? Quiero verte loca de placer- Dijo mientras me miraba con sus ojazos de manera penetrante.
Comenzamos a comernos a besos, fuimos quitándonos la ropa y tocando nuestros cuerpos. Unimos nuestra piel y sentimos nuestros torsos desnudos. Piel con piel, deseo con deseo. La cama se nos hizo pequeña en un instante. Yo ya estaba excitadísima y quería mi orgasmo inmediatamente. Él estaba esperándome para poder obtener el suyo, como hacen los buenos caballeros. Era el momento de probar el gel.

Apliqué una pequeña cantidad en la yema de mi dedo índice, lo extendí con un suave masaje por todo el clítoris y por los labios menores. Pasados unos 40 segundos, comencé a notar una sensación de frescor que me invadía por completo. 30 segundos después, esa sensación térmica cambió a calor, cosa que me pareció alucinante.
Estimulé el clítoris con mis dedos mientras él me penetraba. Mi cuerpo comenzó a tensarse cada vez más, la curva de mi espalda cada vez era más notoria, eché la cabeza hacia atrás, los ojos se me cerraban, mi respiración se entrecortaba, el pulso acelerado… Sí, mi orgasmo estaba aquí y se notaba. Se notaba mucho más que otras veces. La sensación era más intensa y lo había alcanzado muy rápidamente, cosa que me sorprendió sobremanera porque nunca he sido una chica fácil en ese aspecto
El orgasmo había sido tan espectacular que me quedé con ganas de más. El gel todavía estaba haciendo efecto y yo estaba saltando de nube en nube entre unicornios rosas y arcoíris de purpurina.
-¿Otro?- Preguntó mientras observaba como mi mano volvía a deslizarse entre mis piernas.
No le respondí. Un minuto después mi cuerpo volvió a ponerse rígido y el pulso de nuevo se aceleró. 2º Round superado con éxito y mi orgasmo alzándose con la victoria. Era la reina del cuadrilátero de mi cama. Él no pudo soportar la presión por ver como disfrutaba con dos orgasmos seguidos, así que ahí venía el suyo. La expresión de su rostro cambió, sus ojos se cerraron, su cuerpo se arqueó… Hacía mucho tiempo que no apretaba mis nalgas con tanta fuerza mientras llegaba al clímax, cosa que suele hacer cuando disfruta muchísimo del encuentro.
Desnudos uno al lado del otro con la respiración acelerada y las pulsaciones como en 170, nos quedamos fritos durante unos minutos. Al despertar, hablamos sobre ello y sobre el gel. Ambos coincidimos en que el gel estimulante había sido una buena compra.
Una muy buena compra…
El día que les cuente cuando usé el gel vibrador líquido ¡Van a alucinar!
